
La entrevista es una de las principales herramientas de trabajo dentro del mundo periodístico. A través de ella se pueden conocer los hechos u opiniones sobre determinada situación. Por lo regular, se entrevista a aquellas personas involucradas en tal o cual hecho noticioso; de igual manera, se puede entrevistar a alguien cuyos hechos no se relacionan con el mismo pero por su importancia, su declaración es trascendente para el suceso. A este tipo de entrevista se le conoce como “de opinión”.
Existen otros dos tipos relevantes de entrevista, como la de semblanza y la noticiosa. En la primera se busca indagar en los pormenores de la vida de tal o cual individuo, pues, por alguna razón, es relevante para la opinión pública reconocer los principales rasgos que moldean su personalidad y trayectoria; en la segunda se busca meramente reconocer determinados hechos en boca de los sujetos que presenciaron un hecho noticioso.
Si se desea reconocer de la forma más rápida y eficaz posible la personalidad de cierto individuo, la entrevista de semblanza es la mejor herramienta para lograrlo. Primero se puede indagar sobre los datos generales de la persona, información que quizás ya se conozca, como su lugar de origen, edad, ocupación, etc… posteriormente, dependiendo de la habilidad del entrevistador, puede lograrse un núcleo de confianza y camaradería entre este y el entrevistado en el que el segundo se sienta con la disposición de revelar sus anhelos, sueños, aspiraciones, memorias, frustraciones, entre otra serie de pensamientos y emociones que de alguna otra manera sería difícil conseguir.
Grandes figuras de la historia de la humanidad, por su relevancia política, social, artística, han sido entrevistadas a fondo y gracias a estas charlas la opinión pública puede hacerse una imagen mental más fiel sobre estos personajes. Reconocerlos en esta intimidad es relevante pues sus acciones, por alguna razón, repercuten en la vida de los individuos.
La entrevista, además del juego de la pregunta y respuesta, puede ir acompañado de anotaciones que vaya recogiendo el entrevistador con relación al lenguaje corporal del entrevistado o su interacción en donde ocurre la entrevista. Por ejemplo, un mal lugar para entrevistar a un político es en su propia casa, pues el entrevistador, con un poco de experiencia, podrá recoger de este entorno ciertos elementos que detallen mejor sobre la idiosincrasia del indagado. Si un político tiene colgados en las paredes de su casa muchos cuadros de él mismo, ya sea pintado o fotografiado, seguramente es un personaje narcisista, egocéntrico o vanidoso. O, si por ejemplo, cuenta con una vasta biblioteca pero visiblemente los libros nunca son leídos, se puede presumir que estas colecciones se encuentran en su hogar más para dar cierta apariencia de intelectualidad que de una afición genuina por la lectura.
Un buen ejemplo de una entrevista de semblanza, que permita reconocer la personalidad de una persona, es la que realizó Jann Wenner, editor de Rolling Stone, a John Lennon en la década de los 70’s[1]. Wenner inicia la entrevista rompiendo el hielo, preguntando algo genérico que quizás Lennon ya hubiese respondido en otro momento, como “¿qué te pareció tu último disco?”. Posteriormente, Wenner, conforme la entrevista va avanzando y se desarrolla un vínculo de camaradería, logra recibir del ex beatle respuestas muy personales, como su adicción a distintas drogas y su lastimada relación con Paul McCartney.
Las respuestas que da el entrevistado, casi de manera inconsciente, forja en el lector una idea de la personalidad de este individuo. Como ya se mencionó, si se desea reconocer de mejor manera tal o cual coyuntura política, social, económica, artística, etc, una buena herramienta para acercarse a estas es a través de la entrevista a aquellos involucrados directos con el porvenir de la historia.
[1] http://www.jannswenner.com/archives/john_lennon_part1.aspx