Mazatlán se distingue, entre muchas cosas, por su caluroso clima. Durante el verano, los días soleados y las temperaturas elevadas son muy frecuentes, además del hecho de que, en su mayoría, sólo llueva por las noches o en las mañanas.
Y es que a pesar de que en este año las lluvias llegaron tarde y escasas, se sigue repitiendo el hecho: tardes despejadas y calurosas con precipitaciones nocturnas, hasta que llega la mañana y el sol nuevamente se presenta. Lo que genera que se evapore el agua estancada en las calles y la sensación térmica sea más caliente.
Resulta un tanto sorprendente cómo este fenómeno es constante y persiste. En las primeras horas de este sábado 12 de agosto se registró una de las lluvias más fuertes que ha tenido Mazatlán en los últimos años con 108 mm. Aunque la lluvia duró cerca de una hora, la cantidad de agua y viento que azotó provocó numerosos estragos por todos los alrededores. Una tormenta poderosa que cesó alrededor de las 8:20 de la mañana, la cual, a manera de ley, se vio sucedida por el intenso brillo solar.
No eran ni las 10 de la mañana cuando las nubes se dispersaron y dejaron resplandeciente al astro. En menos de una hora el sol ya “calaba” y el calor se presentaba. Para mediodía, la temperatura era infernal, como si no hubiese pasado nada.
Como dice aquella canción de la colombiana Shakira: “Después de la tormenta: cuando menos piensas sale el sol”. Situación extrañamente infalible en Mazatlán. En este caso haría falta añadirle que hay que limpiar las casas y comercios e ingeniárselas para trasladarse entre las calles inundadas, que tanto abundan.
